Bienvenido Ibra

El Barça ha dado un golpe encima de la mesa del mercado estival. Pep Guardiola contará con un delantero centro que vale por cuatro.

Tiene la potencia de un africano, la definición de un argentino, la habilidad de un brasileño y el carácter ganador de un serbio. Es el ‘nueve’ total, el número uno de la lista que manejaba Txiki Begiristain. Su fútbol lo vale.

Lars Lagerback, seleccionador sueco, lo define así: “Puede hacer cosas que nunca le hemos visto a un jugador sueco antes”. Nació en Suecia, pero su padre es bosnio y su madre croata, lo que le ha dado un carácter especial que explota en el terreno de juego. Tiene, además, un físico portentoso al que saca un gran partido con destreza.

Mide 1,92 y, gracias a su altura, puede ejercer de referencia, jugar de espaldas, habilitar a sus compañeros y fijar la defensa. Pero es que, por si esto no fuera ya algo codiciado por los casi todos los entrenadores, muchos de los cuáles se conforman con hombres como Luca Toni, especialistas, Zlatan Ibrahimovic cuenta además con una técnica y una coordinación propia de un jugador mucho más bajo.

Si a eso le añadimos su capacidad de movimientos en cualquier zona del ataque, estamos ante uno de los delanteros centro más completos del mundo, si es que alguien duda de que no sea el mejor de todos. Su mayor defecto, quizás, sea el hecho de que tanta calidad monopoliza al equipo, como le ha pasado en el Inter, donde jugaban el sueco y diez más.

Esto, sin embargo, no ocurrirá en el Barça, puesto que el punta estará acompañado, de muy cerca, por hombres con los que podrá combinar hasta la saciedad, sin tener que buscar siempre la acción individual. Xavi, Iniesta, Messi o Touré harán mejor al internacional sueco. La llegada de Ibrahimovic al Camp Nou es, sin niguna duda, uno de los movimientos más importantes que se han realizado este verano.

Muchos aficionados pedían un gesto por parte del equipo que ha ganado el triplete. Un golpe de efecto de nivel europeo. El golpe ya está dado, y de qué manera.